Columna extraída de Ser.Pe
Por Eduardo Zegarra
La guerra entre Rusia y Ucrania es una pésima noticia para los agricultores peruanos. Rusia es el principal exportador mundial de fertilizantes (especialmente de urea). Las duras sanciones a este país por parte de Occidente implican que el comercio mundial de fertilizantes se verá fuertemente reducido o prácticamente va a desaparecer en los próximos meses, sin que existan sustitutos a la vista. Otro gran exportador, China, está priorizando su abastecimiento interno, apuntando obviamente a su seguridad alimentaria. El Perú no puede estar peor parado en este escenario: prácticamente importamos el 100% de fertilizantes sintéticos que usa nuestra agricultura. Y paradójicamente exportamos roca fosfórica de Bayóvar para luego importar fertilizantes fosfatados del principal país al que le vendemos la roca como materia prima: Estados Unidos.
Y esta es una pésima noticia porque ya durante la última campaña (agosto 2021 a julio 2022) los agricultores peruanos vienen enfrentando una de las peores crisis de precios de fertilizantes de los últimos 15 años, con incrementos de hasta 300% en el precio del saco de urea, por ejemplo, de 70 en la campaña previa a más de 200 soles en la campaña actual. No solo la urea subió, prácticamente toda la gama de fertilizantes lo hizo en similar proporción, afectando a pequeños, medianos y aún grandes productores, especialmente los que se orientan al mercado nacional y son intensivos en insumos.
El gobierno actual impulsó un par de medidas de compensación: por un lado un bono no condicionado Yanuchay, orientado a agricultores de menos de 2 Has. por un monto de 23 millones de soles; y por el otro. un bono condicionado (reembolso a la compra) por 250 millones de soles para agricultores con 2 a 10 Has 1. Ambas medidas han sido solamente un paliativo, y la capacidad del MIDAGRI para hacer llegar las compensaciones en forma oportuna a los agricultores ha estado seriamente limitada por la falta de un padrón actualizado y consistente de productores agrarios. Igualmente, el intento de aumentar la oferta de guano de islas es loable pero sólo cubre hasta un 5% de la demanda nacional de nutrientes, con lo que tampoco es suficiente frente al problema.
Esta situación se verá agravada en los próximos meses de cara a la siguiente campaña agrícola. Dos productos básicos de la canasta alimentaria están particularmente afectados: el arroz y la papa, que utilizan cantidades importantes de fertilizantes en sus procesos productivos. Según la Encuesta Nacional Agropecuaria (ENA, 2019), para un productor promedio de arroz los fertilizantes significan un 24% de sus costos totales. Con incrementos de 300%, el impacto en costos y rentabilidad para los casi 100 mil productores de arroz es devastador. Algo similar está sucediendo con productores comerciales de papa blanca para el mercado de Lima, con una participación de 14% en sus costos. Sólo en la sierra peruana hay más de 400 mil productores de papa. Es bastante probable que durante los próximos meses caiga la oferta interna de ambos productos, con incrementos de precios al consumidor. Esto, en un contexto de aumento del precio de otros alimentos (de origen importado), llevará a deterioro en la capacidad de la población más pobre y vulnerable para alimentarse. Y lo que es peor, con empobrecimiento de los agricultores y ganaderos (que enfrentan una crisis durísima por el incremento de costos en los alimentos para ganado frente a la rigidez de una empresa dominante del mercado que no quiere subir el precio base de la leche)
Si esta es la situación actual, el escenario que se viene es mucho peor, y el gobierno del Presidente Pedro Castillo parece no estar ni entendiendo (o previendo) lo que se viene. Ya hay convocatorias a un paro de ganaderos (AGALEP, este 15 de marzo) y un posible paro agrario nacional para principios de abril (Conveagro y Juntas de Usuarios). Nuestros agricultores y ganaderos nos están diciendo a gritos que la situación es grave y amerita la mayor atención de las autoridades económicas y políticas. Lamentablemente el Gobierno y el Congreso están más interesados en negociar su propia sobrevivencia política que en enfrentar los graves problemas que enfrentan nuestros ciudadanos. Ojalá veamos una reacción oportuna que esté la altura del enorme desafío.
1 Me tocó participar en el diseño de ambas medidas como jefe de gabinete de asesores del MIDAGRI entre agosto 2021 y enero 2022. Una tercera medida para otorgar un subsidio directo a los productores por 720 millones de soles quedó lista para ser aprobada, pero al parecer ha sido descartada por la actual administración del MEF.