Sorpresivamente la poderosa Asociación de Bancos del Perú hizo pública una alerta señalando que, a través de plataformas virtuales del Estado, se estaba produciendo una filtración masiva de data que se estaría comercializando a través de las redes sociales.
“Hemos tomado conocimiento de la comercialización de información altamente sensible que compromete los datos personales de un número considerable de personas y que, al estar disponible en redes sociales, pone en riesgo el desarrollo de transacciones seguras”, reza una carta dirigida a la PCM, a la SBS y otras instituciones públicas.
Inmediatamente una PCM solicita emitió un pronunciamiento anunciando la conformación de una mesa técnica junto con ASBANC, empresas de telefonía, etc, e instó a todas las entidades públicas para que tomen las medidas de seguridad digital de todas sus plataformas digitales.
Pero lo que llamó poderosamente la atención del alarmista comunicado es que, el gremio bancario, no dijera nada de la vulneración permanente que realizan las empresas de call center que acosan a los clientes del sistema bancario y financiero todos los días del año.
Llamó la atención también, que Asabanc no dijera nada de cómo esas empresas call center contratadas, usan desde hace años, una muy nutrida base de datos de potenciales clientes para venderles productos del mismo sistema financiero.
Cabe recordar que la Ley 29733, Ley de Protección de Datos Personales y su reglamento establecen sanciones por comercializar la data de identificación de las personas, sanciones que no se aplican ni se persigue a los infractores, es de esperar que la División de Investigación de Delitos de Alta Tecnología de la PNP haga su trabajo.
ASBANC Perú habla de filtración de datos como si se tratara de algo reciente, que afecta principalmente a las instituciones públicas. No dudamos que hay filtración de datos de instituciones como la RENIEC, institución con la que están enlazadas cientos de instituciones públicas y privadas, pero la filtración de datos ya es en una institución en el país desde hace años y eso lo sabe ASBANC.
Es vox populi que desde hace años en diversos lugares Lima se comercializan, impunemente, software con bases de datos de acuerdo al interés del “cliente” que incluyen información personal como DNI, datos familiares, bienes, deudas, cuentas bancarias, clientes VIP del sistema financiero, números de teléfonos, etc, que ponen en riesgo la seguridad personal y financiera de los peruanos.
Bajo la modalidad de robo cibernético los delincuentes sustraen dinero de cuentas de ahorros o usan las tarjeras de créditos de muchas personas y en la mayoría de los casos, a pesar de la oportuna denuncia y bloqueo de número telefónicos o de cuentas, estos se producen sin que la entidad financiera se responsabilice.
Generalmente los casos que se conocen son los que llegan a los medios masivos de comunicación, según reportes de la Policía Nacional, son miles las estafas bancarias y delitos cibernéticos en el Perú que son atendidos por la DIVINDAT y se han incrementado en los últimos años.
Lo que no se entiende es porqué, las instituciones encargadas de regular el sistema financiero no dicen nada de los abusos del sistema financiero, las entidades bancarias no ofrecen seguridad y piden al cliente pagar una tarifa adicional para que su cuenta corriente o de ahorros esté protegida.
Es decir, no te ofrecen ninguna seguridad, colocas tu dinero en un banco donde casi no te pagan intereses y encima tienes que pagarle un seguro adicional para que tu cuenta no sea vulnerada, retiras dinero del cajero y te preguntan si quieres retirar con seguro o sin seguro.
Lo que falta es poner mano dura a los comercializadores informales que actúan a vista y paciencia de todos en las calles de Lima, identificar a las personas que facilitan los datos desde las institucione públicas y cambiar protocolos, pero también a las empresas formales que usan y abusan la información privilegiada, lamentablemente los organismos reguladores y de competencia en nuestro país están pintados en la pared.