Con información de AFP
El caso de ciberespionaje que agita la política española desde hace semanas adquirió este lunes una nueva dimensión, después de que el gobierno anunciara que el presidente del ejecutivo, Pedro Sánchez, y su ministra de Defensa habían sido espiados por el programa informático israelí Pegasus.
En una conferencia de prensa convocada de urgencia en Madrid, en un día festivo en la región, el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, afirmó que los teléfonos celulares de Sánchez y de Margarita Robles fueron infectados el año pasado por este programa espía creado por la compañía israelí NSO, objeto de numerosas investigaciones en todo el mundo.
Denunciando unos hechos de «enorme gravedad», Bolaños aseguró que «no son suposiciones», y explicó que se trataba de unas intervenciones «ilícitas y externas», aunque sin explicitar si detrás podría estar otro país.
«Tenemos la absoluta seguridad de que es un ataque externo (…) porque en España, en una democracia como la nuestra, todas las intervenciones se producen por organismos oficiales y con autorización judicial«, indicó el ministro.
«En este caso, no se ha producido ninguna de las dos circunstancias», agregó. «Por eso tenemos la seguridad, no tenemos ninguna duda de que es una infección, es una intervención que es externa», subrayó Bolaños.
El gobierno presentó una denuncia este mismo lunes ante la Audiencia Nacional, que es la jurisdicción encargada de los casos de importancia nacional o internacional, como los de terrorismo, para «conocer toda la verdad», puntualizó.
En cuanto se instala en un dispositivo, Pegasus permite acceder a los servicios de mensajería, a los datos o activar a distancia las cámaras y los micrófonos de un teléfono inteligente.
NSO siempre ha afirmado que este programa, cuya exportación requiere de la autorización de las autoridades israelíes, solo podía venderse a Estados y únicamente para ayudarles a luchar contra el terrorismo y la criminalidad.
Pegasus y NSO son, sin embargo, objeto de graves acusaciones desde que un consorcio de medios reveló el año pasado que este programa había sido usado para espiar los teléfonos de centenares de políticos, periodistas, militantes de derechos humanos o empresarios.
Según la ONG Amnistía Internacional, este sofware podría haberse usado para piratear hasta 50.000 teléfonos móviles en el mundo.
Datos sustraídos
Bolaños indicó que habían sido detectadas «dos intrusiones» en el celular de Sánchez en mayo de 2021 y una en el de Robles, en junio de 2021.
En ambos casos, las intervenciones permitieron extraer «determinado volumen de datos de ambos teléfonos móviles», añadió el ministro, sin determinar la cantidad ni dar más detalles.
Según el diario El País, los hackers extrajeron 2,6 gigas de datos del teléfono del jefe del gobierno en la primera incursión y 130 megabites en la segunda, además de nueve megas del de Robles, pero el gobierno ignora todavía qué tipo de información se sustrajo y su sensibilidad. En los dos casos se trata de sus teléfonos oficiales, facilitados por el Estado, y no los privados.
Estas últimas revelaciones llegan en plena agitación política en España, donde el gobierno central del socialista Sánchez lleva días en alta tensión con los independentistas catalanes, que acusan al Centro Nacional de Inteligencia (CNI) de haberles espiado.
El caso explotó el 18 de abril, cuando Citizen Lab, un proyecto de ciberseguridad de la Universidad de Toronto, hizo público un informe que identificaba a más de 60 personas de la órbita independentista (en su mayoría catalana) que habrían tenido sus teléfonos móviles atacados o infectados entre 2017 y 2020 con el software de espionaje israelí Pegasus.
‘Doble vara de medir’
Frente a estas acusaciones, Sánchez, sin decir si había habido o no espionaje por parte de los servicios secretos del Estado, anunció la semana pasada la apertura de una investigación interna en el CNI y se comprometió a «rendir cuentas».
La respuesta del ejecutivo fue considerada, sin embargo, insuficiente por los independentistas catalanes, que este lunes volvieron a pedir medidas más contundentes.
«Cuando el espionaje masivo es contra las instituciones catalanas y el independentismo, silencio y excusas. Hoy, todo son prisas. Hay que asumir responsabilidades ya», reiteró el presidente del gobierno regional catalán, Pere Aragonès, en su cuenta de Twitter.
«La doble vara de medir es evidente. Contra el independentismo, todo vale. Continuamos determinados para ir hasta el final«, agregó.
Esta crisis tiene una dimensión muy seria para el gobierno minoritario de izquierda de Sánchez, que necesita el apoyo en el Parlamento de la formación de Aragonès para mantenerse en el poder hasta agotar la legislatura, a final de 2023.
Bolaños precisó que las verificaciones seguirán para saber si otros miembros del gobierno español han sido igualmente espiados por Pegasus.
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