Por Jesús Manya
En estas últimas elecciones regionales y municipales, muchos de los candidatos en especial, los fujimoristas encubiertos que tienen el aval y el financiamiento de los columnistas empresarios que escriben para medios ultraderechistas como Lampedia y El Montonero, han construido el relato de la “necesidad de propinar una derrota y apartar a la izquierda del poder en el Cusco”.
Todos sabemos que el cinismo y la mentira, son parte de la estrategia comunicacional y electoral del fujimorismo corrupto, porque en verdad en el caso del Gobierno Municipal, la última gestión de Daniel Estrada concluyó el año 1995.
Desde cuya fecha en la Casa de la Plaza de Kusikancha, los inquilinos fueron derechistas de todo pelaje como: Salizar Saico de Pachakuteq, Carlos Valencia del fujimorismo en dos ocasiones, Marina Sequeiros y Lucho Flores en 2 ocasiones por UPP y Papa, Carlos Moscoso de Kawsachun hermanastro de AP y el actual aprista Víctor Boluarte.
Hace 27 años que gobiernan sin interrupción alguna las diversas variantes de la derecha y el fujimorismo; el inventario de los resultados son: el caos y el desorden urbanístico, la destrucción y depredación del patrimonio del Centro Histórico de la ciudad y el Santuario de Saqsaywaman; colapso de los mercados, el transporte y la seguridad, entre otros temas.
Tanto así que en estos 27 años, no han podido borrar de la memoria popular la gestión de Daniel Estrada Pérez. Solo para citar una pequeña anécdota, mientras el Qosqo Runa inauguraba la reconstrucción y puesta en valor de los grandes barrios históricos y la inter conexión con los barrios nuevos en los márgenes; todos estos derechista en sus tiempos inauguraron una vereda de uno en uno y en cada cuadra. Y eso que en los tiempos de Estrada no había las transferencias del canon que existen ahora.
Si alguien tiene que hacer un balance de su fracaso, son todas estas gestiones de derechas en sus distintas versiones, es por eso que su relato anti izquierdista es un fracaso, pelean con molinos de viento. Lo que es peor sus actuales candidatos siguen repitiendo obritas sin horizonte de gran ciudad como es el Cusco.
La izquierda histórica y regional por diversas razones, no participa en estas elecciones regionales y municipales, esa es una reflexión y realidad de otro debate de alto grado autocrítico que debe emprenderse.