Por Miguel Polo
Los resultados generales de la primera vuelta han puesto a Castillo y Fujimori en la segunda vuelta. Esto ha despertado muchos miedos por la posible elección de cualquiera de estos candidatos. Y no es para menos, pues los temores vienen de las experiencias del pasado. No obstante, debemos tener claro que estas dos personas están pasando a la segunda vuelta solo con un aproximado del 30% de personas que han votado por ellos, es decir, una minoría de peruanos que los quieren, pues, hay un 70% de voto válidamente emitidos que no votó por ellos. Y la mayoría que no votaron por ellos se verán forzada a elegir por alguien que no quiere. ¿Cómo salir de esta paradoja? ¿Será el voto en blanco, para anular las elecciones? Se requeriría el 66% y con las alianzas que logren, no se logrará tal porcentaje. ¿Entonces?
Este escenario es una oportunidad para la acción de la sociedad civil. El Acuerdo Nacional, el Consejo Nacional de Decanos de los Colegios Profesionales del Perú, la CONFIEP, la CGTP, etc., deberían, en conjunto o de manera particular, pedirles a ambos candidatos firmar un Acta de Compromiso, donde se comprometan con lo mínimo para nuestra convivencia social: no ir contra el Estado de Derecho, respetar la independencia de poderes, apoyar la lucha contra la corrupción, atender con prioridad todo lo relacionado con la pandemia y otros puntos relevantes para esta situación de emergencia que estamos viviendo y así reducir los temores de la población que no ha votado por ellos. No se trata de ponerles un plan de gobierno, pero sí exigencias mínimas para que el Estado no sea capturado por corruptos o improvisados, perjudicando el bienestar de la patria.
Por eso, en lugar de polarizarnos más, debemos pedir que la sociedad civil organizada ponga las condiciones mínimas para confiar en estos candidatos, pues, de todas maneras, uno de ellos saldrá elegido. Sabemos que en toda elección hay ganadores y perdedores, pero también sabemos que los anteriores presidentes no lograron atender las necesidades de la población. Esos acuerdos o compromisos deberían ser supervisados para exigir su cumplimiento o denunciar su incumplimiento. Ahora se abre la oportunidad para que la sociedad civil organizada vaya vigilando a sus gobernantes, de ese modo, no sientan que los que votarán por ellos en segunda vuelta les están dando un cheque en blanco.
Para que un partido minoritario no termine destruyendo más el Estado y la sociedad, la sociedad civil organizada debe pronunciarse, más que a favor o en contra, en exigirles a estos candidatos unos acuerdos a los que se comprometan a respetar realmente. La ciudadanía está cansada de elegir gobernantes que solo piensan en sí mismo o en su grupo de amigos, está cansada de verse defraudada continuamente, por eso está harta de esta forma de hacer política.
Desde esta humilde tribuna de opinión, pido a la sociedad civil, especialmente a los integrantes del Acuerdo Nacional, que se reúnan y lleguen a puntos mínimos, para que ambos candidatos se comprometan a respetar y así el pueblo peruano tenga unas mínimas garantías. De lo contrario, la legitimidad de cualquier gobierno será frágil y seguiremos viviendo en crisis permanente, habiendo desaprovechado una oportunidad más para ser una verdadera república.
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