La segunda vuelta está a dos semanas y, por lo que parece, las preferencias electorales están cada vez más claras y van quedando pocos indecisos.
En lo que va de la campaña hemos podido ver cómo se iba acortando la brecha entre Pedro Castillo (PL) y Keiko Fujimori (FP) en las encuestas; seguimos teniendo un panorama en el que el candidato Castillo permanece en el primer lugar de intención de voto, aunque sin grandes variaciones a lo largo de estas semanas de campaña; y la candidata Fujimori, aun habiendo tenido un importante crecimiento, no ha logrado que este sea suficiente como para revertir un posible triunfo de Castillo.
Esta semana volvimos a tener más ruido[1] que grandes propuestas, pero pudimos al menos conocer el Plan Bicentenario del candidato Castillo –un plan para sus primeros 100 días de gobierno que busca además distanciarle del programa elaborado por Vladimir Cerrón– y conocer a los equipos técnicos de ambas tiendas políticas.
Por el lado del candidato Castillo vimos una presentación en modo mitin en Puente Piedra (un distrito de esa Lima “periférica” que le es más afable a Perú Libre) que contó con figuras importantes en materia de lucha anticorrupción y en ciencia y medicina, temas importantes para todos, más aún en esta coyuntura.
Es interesante anotar también la presencia de “técnicos” no limeños ni con un gran perfil político, pero quizás también por ello con mayor posibilidad de sorprender.
En cuanto a la candidata Fujimori, lo cierto es que el gobierno amplio y “no naranja” sobre el que había hablado en más de una ocasión pareció ampliarse fundamentalmente hacia el lado derecho del espectro político.
En una presentación sin público en un local de San Borja, vimos desfilar algunos rostros del PPC y Renovación Popular pero también varios representantes del fujimorismo más histórico, entre los que destaca Francisco Tudela, vicepresidente del tercer gobierno de Alberto Fujimori. Así, las figuras independientes presentadas quedaron opacadas por ese viaje al pasado, que poco abona a la imagen de apertura que Fujimori se esfuerza en mencionar, aunque poco en efectivizar.
En ambos equipos, debo señalar, hay poca presencia de mujeres. Nuevamente parece que nos colocamos en ese escenario en que, si no se obliga, como con las cuotas y la paridad, se olvida. Mala señal.
Parte de estos equipos, seis por cada contendiente, tendrán este domingo 23 la importante tarea de presentarle al país los planes y las estrategias para llevarlos a cabo, en el debate de equipos técnicos organizado por el Jurado Nacional de Elecciones.
Este debate no debería volver a caer en la tentación del quién ofrece más. Tampoco deberíamos centrarnos sólo en cuán específico o viable es determinado plan, propuesta o presupuesto. Se trata de ver en estos técnicos a los principales asesores de políticas que tienen Castillo y Fujimori, y si bien deben trasmitirnos que tienen la capacidad de sacar adelante planes y proyectos, también nos darán un atisbo de qué ideas, formas de actuación y calidad ética y profesional rodea a nuestro futuro presidente o presidenta. Se trata pues de un doble desafío.
Ciudadanos y ciudadanas debemos acudir a esta cita, incluso cuando para muchos el voto ya esté decido. Prestar atención a las propuestas y los representantes nos permitirá conocer a los actores técnicos y políticos de los próximos años e identificar también puntos de importancia para la vigilancia ciudadana, esa que será tan importante gane quien gane para garantizar una adecuada salida de esta crisis social y sanitaria, y el respeto de nuestra siempre frágil democracia. Yo no me lo perderé.