Una de las prioridades de la Organización de la Salud, manifestada por su director, Dr. Tedros Adhanom en la 74a Asamblea Mundial de la Salud del 10 de Junio último (1), es lograr un sistema de salud universal mundial, que pueda ayudar no solo a resistir los embates de la actual pandemia sino combatir una próxima. Un sistema universal que no discrimine a nadie y pueda cerrar las grandes brechas estructurales de nuestros actuales sistemas. Como lo dice una comunicación de NATURE (2), aunque la prioridad antes de terminar este año es asegurar una vacunación equitativa, no podemos dejar de lado la construcción de un sistema de salud universal para todos sin distinción, enfatizando que según un reporte del año 2019 de la Organización Mundial de la Salud, para lograrlo todos los países deberían invertir cerca de 1% de su PBI.
Por su lado CEPAL, en el reciente informe denominado “El Desafío Social en los Tiempos del COVID-19” (3), destaca como un punto central para alcanzar un estado de bienestar, el derecho a la salud, que debe implementarse de manera integral, superando la fragmentación, jerarquización y mercantilización de los sistemas de salud. Las grandes lecciones que ha dejado la pandemia, es que nadie puede ser dejado atrás: ni países, ni individuos. Y para esto, los sistemas de protección sociales -sean sanitarios o económicos- deben reformularse hacia el bienestar y sobre la base de los derechos para todos.
Al ponerse al descubierto las desigualdades sociales promovidas grandemente por el modelo neoliberal actual, nos damos cuenta de que cuando no se prioriza la construcción de una sociedad igualitaria, en situaciones extraordinarias -como una pandemia de grandes dimensiones- TODOS terminamos perdiendo. Como explica la CEPAL en su informe, los años perdidos en todos los campos, las generaciones perdidas, la salud mental minada, la reducción de las oportunidades de trabajo y de desarrollo futuro para los jóvenes por la actual pandemia afectará el futuro de nuestras sociedades en formas impactantes, que pueden convertirse en un fértil campo de cultivo para un nuevo desastre sanitario y social si es que no tomamos acción ya.
Un cambio de sistema de salud no se refiere nada más a un cambio del modelo sanitario, sino a un cambio de paradigma, de cómo vemos la salud, algo sumamente difícil debido a nuestros grandes sesgos cognitivos y estructurales. Por ejemplo, hemos visto que el virus ha atacado de manera selectiva y mucho mas fuerte en principio a las personas adultas mayores, pero además a un grupo importante de personas con comorbilidades como la diabetes, la obesidad y el cáncer. Claramente esto expone una debilidad en nuestra sociedad: la mala alimentación y el aumento incontenible de enfermedades crónicas como el cáncer, la diabetes y la obesidad, debidas entre otras razones a la ingente cantidad de publicidad que promueve el consumo de alimentos con fuertes cantidades de azúcar, conservantes, grasas saturadas y harinas; esto hace que la necesidad de un sistema de salud con atención primaria basada en la prevención este ligada también a políticas de gobierno referidas al consumo y regulación de esos alimentos, acciones en las que si bien se ha tenido un avance, el choque de estas regulaciones con los grandes poderes económicos de las empresas productoras de alimentos procesados ha llevado a una demora de decenas de años para establecer regulaciones definitivas, y además que una vez sancionadas, se enfrenten a serios reveses legales, promovidos por el poder económico.
Se trata así de una lucha de gigantes; el ejemplo que he expuesto es tan solo uno que muestra las profundas diferencias en el sistema. Mientras nuestro consumo de alimentos procesados se acelera y la gente empobrece, la salud se deteriora, y pocas personas pueden acceder a una dieta balanceada; las que pueden acceder invierten grandes cantidades de dinero a este consumo, dinero que en ocasiones como esta tiene que ser destinado a necesidades mas primarias como pagar un alquiler o ir a la escuela. Entonces, para poder asegurar un sistema de salud universal se debe asegurar también un nuevo pacto social que priorice las necesidades de muchos en lugar de las necesidades de pocos. Este sería el comienzo de un cambio de paradigma, que puede tomar muchos años establecer, pero -como lo dije anteriormente- es necesario; estamos en un momento punto de quiebre entre la sociedad que tenemos y la sociedad que queremos ser.
- Member States voice historic support for a better and more sustainably funded WHO at 74th World Health Assembly [Internet]. [cited 2021 Jun 26]. Available from: https://www.who.int/news-room/feature-stories/detail/member-states-voice-historic-support-for-a-better-and-more-sustainably-funded-who-at-74th-world-health-assembly
- Universal health care must be a priority — even amid COVID. Nature. 2021 May 18;593(7859):313–4.
- Caribe CE para AL y el. Una recuperación transformadora tras la pandemia de COVID-19 requiere una alianza global con inclusión de los países de ingreso medio en todas las formas de cooperación y financiamiento [Internet]. CEPAL; 2021 [cited 2021 Jun 19]. Available from: https://www.cepal.org/es/comunicados/recuperacion-transformadora-tras-la-pandemia-covid-19-requiere-alianza-global-inclusion
Excelente articulo quiza en AL llegara a cristalizarse