La realidad electoral en el Perú trajo consigo que finalmente asumiera la Presidencia un izquierdista confeso y recalcitrante, quien en realidad sólo tiene el respaldo de mucho menos del 20% del total de electores del país, y eso sumado a las nefastas y muy poco convenientes, por decir lo menos, designaciones hechas en su primer gabinete y sus desacertadas acciones, como inmiscuirse en temas congresales, formalizar su sindicato de profesores ligado incuestionablemente al MOVADEF; trajo consigo el aumento de precios de los productos de primera necesidad, disparada del precio de dólar e inflación producto de una inestabilidad no vista hace muchos años; lo que ha generado muy rápidamente una baja sustantiva de su popularidad y muchísimo temor entre los ciudadanos de a píe, que con mucha tristeza, confiaron en sus promesas electorales, que la realidad, un entorno deplorable y su limitadísima preparación para el cargo le impiden cumplir, afectando a los más necesitados e incrementando desde ya los niveles de pobreza en el país; lo que justamente prometió reducir con el eslogan populista de “no más pobres en un país rico”.
Esto generó, no sólo en el Perú, sino en toda Latinoamérica, un temor fundado de que el comunismo logre copar nuestros países y por tanto limitar el tan necesario desarrollo en el que el Perú, hasta hace muy poco, era el ejemplo a seguir por los demás. Sin embargo, en un análisis muy serio y diligente hecho por el Doctor Carlos Sanchez Berzain, Director del Instituto Iberoamericano por la Democracia, he logrado acreditar, con mucha satisfacción y contra lo que inicialmente se puede pensar, que lo que está ocurriendo en estas latitudes es justamente lo contrario, pues estaríamos viviendo la fase final de las dictaduras del continente.
Así sostiene el Doctor Sanchez Berzain que en el Siglo XXI tenemos dos Américas, una América dictatorial liderada por Cuba, integrada por las dictaduras de Venezuela, Bolivia y Nicaragua, con el respaldo de los gobiernos paradictatoriales de Argentina y México, al que ahora muy lamentablemente y mientras dure, se va a incorporar el Gobierno del Profesor Castillo; y por el otro lado, tenemos a las democracias que luchan por defender, como corresponde, los espacios de libertad y de orden institucional, que son fundamentales para el desarrollo de los pueblos.
Lo que ocurre, es que el castrochavismo, que es la convergencia de las tesis Castro del Siglo XX más la tesis de Chávez del socialismo, han tenido hasta no hace mucho, y sin darnos apenas cuenta, el control mayoritario de la región, con el dinero de Chavez y el know how criminal de Castro, que iniciaron su posicionamiento con un movimiento populista bolivariano, siguieron con el Socialismo del Siglo XXI y desembocaron en lo que se denomina el actual castrochavismo.
Refiere que en algún momento, entre los años 2012 y hasta marzo del 2015, controlaron la Organización de Estados Americanos (OEA), con el poder del petróleo en los países del Caribe se impusieron para intervenir sus votos y así a la misma OEA y, en América Latina controlaban prácticamente toda la región, la Argentina con los Kirchner, un gobierno asimilado a ellos en Chile con Bachelet a la cabeza, en Brasil con el Partido de los Trabajadores con Lula y Evo Morales en Bolivia. El Perú estuvo al margen de ello, pero ejercieron gran influencia sobre Ollanta Humala. El Ecuador con la dictadura impuesta por Correa, Colombia con Santos e incluso México. Lo que le permitió en la Cumbre de Las Américas, del año 2015, al líder de esta facción dictatorial, Raúl Castro de Cuba, reunirse en Panamá, con el Presidente de los Estados Unidos de Norteamérica con absoluta impunidad, por lo que se les consiente reiniciar relaciones sin condición alguna, pensando que esto le permitiría a Cuba converger a la democracia, pero muy contrariamente a ello, se endurecen las dictaduras, se hacen más fuertes y se radicalizan en Cuba, Venezuela, Bolivia y Nicaragua.
Luego, felizmente, se han producido una serie de cambios de liderazgos en diversos países con democracia en la región, así pasó en Chile, en la Argentina con Macri, aunque este país ha sido tomado nuevamente por el castrochavismo; en Uruguay, donde hay un ejemplar líder democrático, Lacalle Pou; en Paraguay han cambiado de liderazgo y hacia una posición democrática nuevamente; ha cambiado Brasil donde gobierna Bolsonaro; en Ecuador se ha recuperado la democracia gracias a Lenín Moreno, que ha llevado adelante una elección, por lo que ha pasado de una dictadura disimulada hace 5 años a ser uno de los países con las mejores características democráticas y de mejor nivel de inversión de la región; Colombia ha logrado resistir con el Presidente Iván Duque un golpe de Estado y sigue adelante; en México, acaban de negarse a un referéndum impulsado por López Obrador, que quería imponer normas populistas rechazadas mayoritariamente por sus compatriotas; y lo más importante es lo ocurrido, recientemente, el 11 de julio en Cuba, en la que luego de 62 años se inició y se mantiene hasta la fecha un movimiento popular pidiendo libertad y que ha puesto a la Dictadura líder en una posición de extremar sus abusos cometiendo delitos de lesa humanidad y terrorismo de Estado, pero en evidencia frente a todo el mundo, lo que ha sido unánimemente deplorado.
Esto, en resumen, acredita que la democracia está mal, pero como podemos concluir objetivamente, la dictadura está muchísimo peor.
Las dictaduras no generan fortaleza económica, la debilitan, sino la destruyen, por lo que no cuentan con ingresos indispensables para atender las más elementales necesidades de los pueblos. Son además gobiernos denunciados por violación de derechos humanos. La dictadura de Cuba y Venezuela están a puertas de la Corte Penal Internacional, regímenes procesados dentro de la Convención de Palermo por Delincuencia Organizada Transnacional. Por la captura de Maduro, hay ya una recompensa de 15 millones de dólares donde lo encuentren, por lo que no puede salir de su país, iguales sanciones existen contra la “familia” dictatorial que gobierna Nicaragua, lo que les impide moverse de allí, igual pasa en Cuba donde ya se está individualizando a los responsables de estos horrendos crímenes.
En buena cuenta, hay que tener en consideración que las dictaduras no tienen soporte económico, pues naturalmente espantan las inversiones indispensables para fortalecerla, pierden permanentemente apoyo popular y son organizaciones criminales señaladas por el mundo. No tienen por tanto nada más que ir cuesta abajo. Por ello, quienes defendemos la libertad y la democracia, debemos persistir y resistir. Consideremos que en muchos países hemos logrado revertir la dictadura por la democracia en la región, incluso en Cuba, que es la madre de estos regímenes totalitarios, ya se comenzó a caer, señalada por el pueblo que supuestamente defendía que exige libertad.
Por lo tanto, en el Perú debemos persistir en la democracia y usar sus mecanismos para protegerla y restituir el orden y el control que permitió que el Perú tuviera la economía más sólida y con mejor perspectiva de crecimiento de la región. Actuar con desconocimiento, sin tener cuidado de no afectarla, como actualmente se está haciendo de manera absolutamente irresponsable, sólo genera más desigualdad, más pobreza y más hambre en un pueblo que sólo se pregona defender, pero al que se termina afectando irresponsablemente.
Muy interesante, bien planteado y fundamentado, corto, pero amplio al mismo tiempo, un corolario muy amigable. Felicitaciones Julio. Nuestro Perú, es un ejemplo de democracia, a pesar de fallas, errores no pierde el horizonte y por lo tanto, NO DEJAREMOS, QUE SE NOS ARREBATE. seamos vigilante, como tú….Dr.Julio Carlos Lozano.