Una mirada al Mensaje del Primer Ministro:
Francamente me alegró por un momento que Guido Bellido, Primer Ministro del Gobierno de Pedro Castillo, utilizara el quechua o runa simi para sus palabras introductorias e iniciales, simbólicamente era un gesto de identidad en una institución como el Congreso “Nacional” de la República, que siempre estuvo a espaldas del país en todo el terreno de las cosas, como parte de su colonialidad.
Me preparé para escuchar al Primer Ministro, que junto a esta iniciativa de la voz quechua, estuviera acompañada con un conjunto de medidas y políticas culturales, económicas, sociales, ambientales, territoriales, que abrieran curso a un debate de la PLURINACIONALIDAD, como marco de un nuevo país a construir como fue la oferta del Profesor Castillo.
El segundo tiempo será un refuerzo, con objetivos, medidas y cronogramas concretas, me dije luego de escuchar “protestas y abucheos” de los sectores más ignorantes del Congreso, provenientes de la ultraderecha, educados en su mentalidad colonial como esclavos y serviles, a pesar que muchos de ellos y ellas tienen colores de “inga y mandinga”. Pero en minutos se disipó mi entusiasmo y comprobé que se volvía a más de los mismo; con un poco de envoltura para atenuar la crisis sanitaria y educativa.
El discurso del “puka” Bellido eran puras generalidades, abstracciones de alguien que oculta o pospone, que acomoda y concilia posiciones con posturas de los partidos tradicionales y mafiosos; renunciaba al cambio por el cálculo del voto de confianza y la permanencia en sus cargos; ahora si era comprensible, el acuchillamiento de Héctor Béjar, el Gabinete y su Primer Ministro lo entregaron en bandeja de plata, para este momento de los agachados y renuncias.
Es cierto que se debe priorizar la salud y educación que son los temas más urgentes y prioritarios por ahora; en cambio en política económica falta precisar objetivos y medidas de reactivación económica, generación de empleo, las políticas tributarias y ambientales respecto a las sobre ganancias mineras; la posición del gobierno frente a la revisión de contrato del gas que ha disparado los precios del gas doméstico por las nubes; cómo intervenir y prevenir con políticas de inversión en la energía eléctrica; las políticas anti monopólicas en los precios de los alimentos de primera necesidad; en fin muchas otras cosas.
Hay omisiones importantes, respecto a la descentralización, políticas ambientales y desarrollo territorial, igualdad y oportunidad de las mujeres, jóvenes, educación superior, defensa, interior, relaciones internacionales, entre otros; pero el gran vacío fue el silencio en políticas culturales.
Cómo era posible que el Primer Ministro, que había empezado su presentación hablando el quechua, en tan prolongado discurso no propusiera alguna medida concreta en políticas culturales; como son la recuperación de la identidad de nuestras diversas naciones; defensa y desarrollo de nuestros idiomas como el Quechua, Aymara, lenguas amazónicas como idiomas oficiales del país; el territorio y la recuperación de los saberes y tradiciones del conocimiento de nuestros pueblos. Todos y muchos otros temas desde el enfoque de la plurinacionalidad, que es la que corresponde a nuestra realidad; para no presenciar la conducta bochornosa y racista que ocurrió en el Congreso de la República.
Por tanto, no es asunto de pose, hablar en quechua, aymara o alguna lengua amazónica en una que otra reunión, la coherencia exige compromiso con nuestra identidad en los programas económicos, sociales, educativos, ambientales. En fin, las políticas de gobierno en función de la gente, del ser humano no se discursa, sino que se comprende y vive como pueblos quechuas, aymaras y amazónicos.
No es fácil construir el cambio y superar la política del “perro del hortelano” del suicida Alan García, contra nuestros pueblos; esta tarea más que un discurso se resuelve abordando integralmente las propuestas globales, cuyas vigas centrales pasan también por convocar e incorporar en una Asamblea Constituyente, la presencia de nuestros pueblos andino, amazónicos y marítimos o costeros, como parte de la democratización del poder, el gobierno y el Estado Peruano; aunque este tema ayer fue olvidado en siete idiomas.