La economía le sonríe momentáneamente al presidente Castillo. El Instituto de Estadística e Informática (INEI) acaba de informar que la producción creció 3.44% en el mes de junio y acumuló un crecimiento de 3.54% en el primer semestre. Más allá de haber un efecto estadístico debido a que el nivel del PBI desestacionalizado del primer semestre del 2021 fue menor al nivel del segundo semestre, mi percepción es que el crecimiento en este primer semestre ha estado por encima de las expectativas de los agentes económicos.
¿Por qué el PBI está creciendo un poco más de lo esperado?
Si miramos el crecimiento del PBI por el lado sectorial observamos que en el primer semestre destaca el crecimiento del sector alojamiento y restaurantes que ha crecido 44.4% seguido del sector transporte y almacenamiento que ha crecido 12.9%. Si lo miramos por el lado de la demanda (del gasto), el consumo ha mantenido un sólido crecimiento de 6.9% en el primer trimestre del año 2022 junto con las exportaciones que crecieron 8.2%, en contraposición con una caída de la inversión de 1.3%.
Por otro lado, y de manera consistente con la recuperación del sector no primario de la economía las cifras de empleo también vienen bien. Según información del Banco Central de Reserva obtenida de la planilla electrónica se mantiene el crecimiento de los puestos de trabajo iniciada en marzo del 2021. En el mes de junio la variación porcentual 12 meses de los puestos de trabajo formal fue de 6.1% y de los puestos formales en el sector privado 7.8%.
A esto hay que agregarle que la inflación habría alcanzado su pico en el mes de junio dado que ya hemos visto una ligera reducción en julio de 8.81% a 8.74% y más importante aún, la encuesta de expectativas de julio mostró que por primera vez desde enero disminuyeron las expectativas de inflación a doce meses desde 5.35% a 5.16%.
Los resultados económicos que comento le han dado una tregua al gobierno de Castillo. Este pequeño respiro se estaría reflejando en las últimas encuestas del Instituto de Estudios Peruanos (IEP) y de IPSOS. En la primera, la aprobación presidencial cinco puntos desde 19% en junio hasta 24% en agosto y en la segunda la aprobación también sube cinco puntos desde 20% en julio hasta 25% en agosto. Es decir, es la economía la que le permite a Castillo subir algunos puntos de aprobación y no tanto la política como consideran algunos analistas políticos que ven en su exposición mediática y en su victimización las razones del alza.
Sin embargo, el horizonte no se ve tan promisorio para el gobierno. El segundo semestre del año será más difícil que el primero. Ya el ministro Burneo se ha encargado de desinflar las expectativas anunciando apenas asumió el cargo que la economía crecería apenas 2.2% este año. El nuevo ministro de economía se ha situado así en el lado más pesimista del espectro dado que las expectativas de los agentes económicos respecto al crecimiento económico para el año 2022 se sitúan entre 2.5% y 3.0% y el Banco Central de Reserva proyecta 3.1%, cifra que revisará en el mes de setiembre.
Pero más allá de proyecciones numéricas es claro que habrá un menor crecimiento a partir del segundo semestre debido a tres factores:
a) Los efectos que tendrá en menor precio del cobre sobre la economía peruana, el cual se ha reducido desde niveles superiores a $ 4.50 la libra hasta niveles de alrededor de $ 3.60 la libra.
b) La desaceleración del crecimiento del consumo por tratarse de un fenómeno temporal que está respondiendo al fin de la etapa más complicada de la pandemia.
c) Los efectos de la escasez de fertilizantes sobre la producción de alimentos.
En conclusión, la economía le ha dado a Castillo una pequeña tregua, lo que se refleja en la mejora en las encuestas. Esta pequeña tregua va a ayudarlo en los riesgos de vacancia o renuncia que enfrenta. Veremos cuántos meses los indicadores económicos le continúan haciendo un guiño.