Por Vlado Castañeda
Los resultados de las elecciones municipales y regionales (ERM) nos muestran una nueva realidad política a nivel nacional, ya que los GANADORES han sido los MOVIMIENTOS REGIONALES, ya que han obtenido la mayor votación en 16 espacios regionales de los 25 existentes (solo 4 partidos nacionales han ganado espacio a nivel de regional; Somos Perú en 4 espacios, APP en 3 espacios, Avanza País en 1 espacio y Frente de la Esperanza en 1 espacio); inclusive en varios espacios territoriales han quedado segundos teniendo en ciertos casos mas peso especifico que el Partido Político ganador (ese es el caso de la Libertad, donde el Movimiento Trabajo mas Trabajo, es la primera fuerza política porque ganó en 6 de las 12 provincias, en 5 de los 11 distritos de Trujillo, y tiene 9 Consejeros Regionales representando la mayoría en el Consejo Regional; con cual dura tarea tendrá el Gobernador Electo – Cesar Acuña de APP).
Estos resultados de los movimiento regionales dejan un mensaje clave a los partidos políticos nacionales, ya que en el ámbito regional requieren realizar un trabajo de presencia institucional NO coyuntural sino de trabajo permanente, quedando hoy dos tareas importantes por hacer en lo inmediato, una de generar apertura seria a los nuevos liderazgos políticos departamentales, provinciales y distritales que nos deja esta ERM y otra de ampliar la utilización de los fondos públicos para fortalecer las capacidades políticas y técnicas de los militantes en base a un contexto de Partido Escuela y que ello se traduzca en actividades orientadas a la formación, capacitación e investigación, así como las referidas a la difusión de sus propuestas, planteamientos y programas de gobierno durante época electoral y no electoral, según lo indicado por la ONPE y de acuerdo a la normatividad vigente (El Art. 8 del Reglamento de Financiamiento y Supervisión de Fondos Partidarios; indica: “No menos del 50% del financiamiento público directo para actividades de formación, capacitación, investigación y difusión, bajo criterios de igualdad, paridad y no discriminación entre mujeres y hombres”)
Otro aspecto relevante es que el espacio donde los partidos políticos nacionales tienen una presencia importante es Lima Metropolitana, posiblemente por el mayor nivel de participación territorial que hacen a nivel distrital y el arrastre que se genera por las principales opciones a la Alcaldía de Lima, a lo cual se suma la mayor cobertura mediática que tienen los liderazgos que presentan los partidos como oferta electoral.
En ese contexto, se tiene que trabajar en aumentar la presencia de los partidos políticos en adición a lo que ya vienen haciendo los movimiento regionales; en los procesos de representación y enfoque democratizador a nivel nacional, empezando por sus nuevas autoridades a nivel de regidores(as) y alcaldes(as) que empezaran ejercicio en enero 2023, apoyándolos en su desempeño para que su gestión se posicione y con ello se proyecten a la comunidad como un elemento al cual se le pueda proporcionar la confianza para representar los intereses de la población; con lo cual se pueda afianzar el capital político de la agrupación política y así ir ganando espacio institucional para sus respectivas agrupaciones políticas en la perspectivas de futuros procesos electorales.
Estos resultados electorales de los movimientos regionales, también deben permitir generar una reflexión institucional en las organizaciones políticas, para encaminar su actuación institucional en fortalecer el sistema de partidos políticos en el territorio nacional, a partir de una gestión partidaria que se enfoque en seguir aumentando los militantes, fortalecer los comités partidarios, usar adecuadamente los fondos públicos, aumentar su participación en los asuntos públicos y procurar una actuación política que genere confianza y legitimidad en sus ámbitos territoriales donde tengan una despliegue político.
A todo esto se debe sumar un trabajo articulado de los partidos políticos nacionales con todos los movimientos regionales, para construir sinergias ideológicas y programáticas, en el marco de atender las necesidades y expectativas de sus respectivas poblaciones; con lo cual se pueda ir hacia la construcción de acuerdos políticos y alianzas que permitan compartir capacidades institucionales para mejorar la oferta política y con ello contribuir a fortalecer el sistema político a nivel distrital, provincial y departamental, de tal manera que con ello se afiance la capacidad nacional de hacer política en beneficio de la sociedad.